La Casa Real española desplegó una intensa agenda diplomática en 2025
La Familia Real española cerró 2025 con un balance de actividad diplomática considerable: 455 actividades oficiales y 25 viajes internacionales que abarcaron 19 países, según datos oficiales de la Casa del Rey.
La agenda exterior incluyó destinos estratégicos como Estados Unidos, China, Alemania, Francia y Reino Unido, además de una visita oficial a Uruguay, que refuerza los vínculos históricos entre ambas naciones.
Diplomacia económica y cultural en primer plano
Los ámbitos prioritarios de la actividad real se distribuyeron de manera equilibrada: Instituciones y Relaciones Internacionales (20% cada uno), seguidos por Cultura (13%), Solidaridad (12%) y Defensa (11%). Esta distribución refleja una estrategia diplomática moderna que combina protocolo tradicional con objetivos económicos concretos.
Durante el año, la Casa Real recibió a más de 2.000 personas en 240 audiencias, de las cuales 146 fueron abiertas a la prensa, manteniendo así un equilibrio entre transparencia institucional y gestión diplomática efectiva.
Egipto y China: los viajes estrella del año
El primer viaje oficial de los Reyes Felipe VI y Letizia a Egipto como monarcas marcó un hito diplomático. La visita incluyó recorridos por Luxor, donde conocieron proyectos arqueológicos dirigidos por investigadores españoles, y una reunión bilateral con el presidente Abdelfatah El-Sisi.
La visita de Estado a China representó otra apuesta estratégica, comenzando en Chengdú con foros empresariales para promover la inversión china en España. En Pekín, Felipe VI se reunió con el presidente Xi Jinping, mientras la reina Letizia desarrolló una agenda cultural paralela centrada en la promoción del español.
Vaticano: dos citas históricas
La Casa Real visitó en dos ocasiones la Ciudad del Vaticano: primero para el funeral del papa Francisco y posteriormente para la elección del nuevo pontífice, León XIV. Los monarcas destacaron públicamente el primer mensaje del nuevo papa, centrado en el llamamiento a la paz.
Esta intensa actividad diplomática consolida el papel de la monarquía española como instrumento de soft power y proyección internacional, especialmente relevante en un contexto geopolítico complejo donde la diplomacia económica cobra cada vez mayor importancia.